No quise titularlo como corona, COVID o el virus, porque en realidad vivimos 7 días de aislamiento por estar contagiados si, pero sin síntoma alguno.  Nos enconaríamos preparando el postre y las bebidas para llevar a una comida importante con una familia Italo-alemana que apreciamos mucho en la ciudad.  Pier terminaba de decorar “i bigne” y yo organizaba las botellas de vino y jugo de manzana. Nuestra amiga esta esperando su tercer hijo y ha sido un embarazo duro, a pesar de que nuestros hijos se ven todos los días, decidimos hacernos un test en casa para ir tranquilos. Ahí fue donde mi esposo descubrió su positivo.  Confirmado horas desees con un test oficial a él y a mi. 

Desde ese domingo en la tarde inicio nuestro aislamiento. Que difícil se hace cuando te sientes totalmente sano y con energía pero tienes que estar encerrado en casa. 

Al segundo día me di cuenta que no se estaba haciendo difícil.  Que necesitaba de esta tiempo para dedicarlo a mi casa, a mis hijos, a mi pareja, a la cocina, a la bodega, a la preparación de un largo viajo, etc. Que tenia una marea de cosas y que la vida me estaba dando el tiempo para ocuparme de ello.

No recuerdo en la casa de cual familiar se coleccionaban esas botellas con barquitos antiguos adentro. Guardados para siempre. Así atesoraré varios de los momentos compartidos durante esta semana de aislamiento con el virus en casa y ahora ya recuperados (negativos)…

Aquí  nuestros destacados para la crianza bi/multilingüe:

•La exposición al español y al italiano fue mayor, fueron muchos más los momentos de risas en las lenguas de familia y logramos muchas más conversaciones profundas en las lenguas minoritarias. Tuvieron suficiente tiempo para hablar, usar y explorar las lenguas de familia.

•La lectura es uno de los pasatiempos de la familia, pero descubrimos que jugar todos “parques” nos divierte aún más. Los juegos de mesa son una excelente opción para apoyar una lengua meta. Son ¡juegos! y la mayoría de las veces no tienen una lengua específica.

•Darnos el cambio, nos dimos todas las mañanas, todas las tardes el cambio con los niños, nos dimos el cambio en la cocina y en las lecturas de la noche, con las tareas y con la burocracia. Fuimos un equipo y hace rato no lo sentía así. 

•Descubrí que les hace falta después de unos tres días la lengua local, la lengua mayoritaria, su lengua de preferencia, el alemán. 

•De nuevo… vieron nuestro ejemplo, el tiempo que mamá dedica a estudiar una lengua, las situaciones en las que papá pidió ayuda a mamá con documentos en alemán, conversaciones en las que papá corrigió a mamá en italiano y así, día a día, se generaron momentos para demostrar que no hay un manejo de lengua perfecto, que se vale pedir ayuda, que así te equivoques en una frase te vamos a escuchar y te vamos a ¡entender!. 

 

Cinco consejos que nos sirvieron para mantener la armonía en nuestro hogar:

Rutinas

En estos días de convivencia era necesario tener limites claros con los niños, y para ello son de gran ayuda las rutinas de la mañana y de la noche. Muchas veces al cambiar la dinámica se pierde la rutina y por supuesto esta fue la ocasión.

“Para que me tengo que cambiar la pijama si estaremos en casa” , “no quiero peinarme igual no vamos a colegio”, “dormimos tarde, mañana no hay que madrugrar”, etc.

 

Estábamos decidlos a que no estaríamos todos los días repitiendo las mismas razones, así que desde el día uno acordamos una nueva rutina adaptada a la realidad de esa semana. Rutina sencilla que cada día cumpliríamos. Rutina que mis hijos de 2, 4 y 9 años podían realizar a gusto y solos. Así eliminamos las luchas de poder entre adultos y niños, además a esto les pasamos la seguridad a ellos de su día a día y no sentirse en el limbo esperando el comando de un adulto. 

Otra cosa para las que te ayudan las rutinas, y esta vez va dirigida al bilingüismo, es que con ellas estas ofreciendo el vocabulario justo en el momento oportuno.

El frasco de las actividades
Ya contábamos con uno de hace un año y medio, pero esta vez lo refrescamos con actividades nuevas.
¿De qué se trata?
 1. Puedes hacerlo con un tarro o jarra, cofre o cajón.
 2. En papeles pequeños escriben o dibujan todas las actividades que les gusta hacer a cada uno. Pueden escribir si las pueden hacer solos o quien de la familia es necesario (intenta que sean muchas actividades propuestas por ellos y que ellos puedan realizar).
 
Ejemplos:
  • Torre alta con las piezas de madera
  • Edificio con las fichas de lego
  • Pintar mándalas
  • Llamar a la abuela
  • Empezar una bufanda en el telar
  • Hacer un baño en la tina y lavar las fichas del lego
Cómo ves nosotros usamos actividades bastante específicas.
 
 3. En el momento que quieran planear juntos el día, y los pequeños se queden sin ideas de lo que pueden hacer, los invitas a tomar un papel del frasco.  O también en esos momentos en los que se te acercan pidiendo comida porque están aburridos o diciendo no sé qué hacer.
 4. Puedes cambiar el objetivo del frasco.
Ejemplos:
  • Ideas para solucionar peleas entre hermanos
  • Actividades para un fin de semana en familia
  • Actividades para los momentos en los que sentimos rabia
 
Planeación del día 
Te puede sonar a oficina, a equipo de trabajo, a mucha formalidad para una familia. Pero créeme que no es así, para hacerlo informal, natural y divertido recuerda hacerlos parte a ellos, a los niños.
 
Es muy sencillo, en una cartelera, hoja o solo de manera oral.
Compartan lo que cada uno tiene para hacer en la mañana y en la tarde. De esta forma van armando el rompecabezas para lograr acompañar a los niños cuando lo necesitan y para lograr calma cuando los adultos lo necesitamos. 
 
Comidas y meriendas juntos
Siempre juntos, nos sirvió muchísimo compartir estos momentos juntos. Considero que la magia se da porque nos dedicamos 100% a charlas, disfrutar de momentos del día cortos pero todos juntos. Son en realidad de los pocos momentos que los cinco compartimos juntos y por esto les da la sensación a los niños de atención plena y después de cada comida o merienda lograban hacer sus actividades sin necesidad de la presencia del adulto. 
 
Aceptar que no es el momento
Como descubrí que era el momento adecuado para muchas cosas, tambien tenia que aceptar que no lo era para otras cosas.  Así que hicimos una lista de lo que queríamos lograr pero que sabíamos que iba a ser imposible.
 

De esta forma sabías que no había presión porque sabíamos que era imposible con los niños en casa, en aislamiento y cada día con menos fuerza y energía por el echo de no salir del apartamento. 

Era la lista de si se da, perfecto si no, ya lo sabíamos. 

Sencillo pero nos ayudo.

Escribir, es desahogarse.

Tenerlo visual nos permitió soltar y comprender que ahora no era el momento para esa lista. Y así lo aceptamos.

Pasaron siete días los cinco en casa, sin salir, sin sentir los rayos del sol, ni la lluvia ni el viento (estos dos últimos son los de la rutina en Berlín). 

Por supuesto la cocina fue un espacio de la casa que compartimos con los niños durante esta semana y aquí te comparto dos recetas: pandebonos colombianos y torta y brownies de zapallo.

Con cariño,

Laura

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