Comprendiendo el poder del abrazo en tiempos de dificultad.  Donde dormir abrazada a mis hijos se convierte mi lugar seguro, mi único refugio.

Hay guerra en muchas partes del mundo, veo guerra en la plaza de una ciudad y hasta dentro de los hogares. 
Guerras de poder, entre mujeres, entre colegas, entre padres e hijos.
Hay guerra en países de África y en países de Asia, guerras que perduran desde años atrás, incluso les diría qué hay guerra en mi país, Colombia. Guerras silenciadas. Guerras olvidadas. “Pequeñas guerras” que no llegan a llamar la atención suficiente para ser frenadas.
Hijos quiero que sepan que los principales perjudicados de estas decisiones de adultos son ustedes, los niños, el futuro. Su conexión con su ser, su identidad. Niños que se han quedado sin padres, sin hogar, sin refugio, sin un lugar seguro.  Y ahora obligados aferrarse a los desconocido.

Tal vez no conoceré ni yo ni ustedes un día en el que en este mundo no se combata en guerra. Pero si podemos todos los días sembrar paz:

  •  Ayudando a poner la mesa
  • Conteniendo a mis compañeros en tiempos difíciles 
  • Agradeciendo a los hermanos
  • Dedicando tiempo en familia a la lectura
  • Sonriéndole a mi entorno
  • Abrazando con sinceridad

Ayer decidí dormir con ustedes abrazados. Como la mayoría de las noches me pidieron que después de leer me quedará un rato en su habitación, esta vez no dude en aceptar la invitación y dije que si, trajimos un colchón doble extra que tenemos, lo pusimos en el suelo de la habitación de los más pequeños e invitamos a su hermana mayor.

Disfrutamos de pequeños momentos, le pusimos juntos el tendido, los pequeños ayudaron con las almohadas y mamá con las cobijas.  Me acoste en medio de mi trio, ustedes y me sentí en calma.  Me sentí yo en mi lugar seguro, cuando lo que espero todo los días es que ese sea el lugar seguro de ustedes.  Supongo que es sano que sea así para las dos partes. 

Tenemos planes familiares grandes que se deben llevar a cabo en las siguientes semanas.  Tenemos un sueño por cumplir y esta a tan solo días.  Nos sentimos preparados para ese reto y ahora sabemos que aunque llegue, será diferente, lo viviremos desde otra perspectiva.

Con tanto comentario, publicación y noticia, con las preguntas inocentes que ustedes nos formulan, he sentido temor.  He pensado profundamente en ustedes.  Los he mirado como enamorada, de verdad que estos últimos dos días he admirado sus rostros,  su sonrisa, su imaginación y su debilidad.  Los veo tan vulnerables que he sentido más temor. Yo hoy, mañana, tal vez toda la semana o el día que lo necesite decidiré hacer lo mismo y pasar la noche junto a ustedes.  Quedarme dormida entre su corta respiración, con el calor de sus manos y el olor de su piel.

Yo lo único que veo es que los culpables somos todos y los perjudicados tambien.

Con cariño,

Laura

También te puede interesar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.