La situación de Juana

Juana es una niña de 2 años y 5 meses, vive en Australia, sin embargo en us hogar, mamá le habla en francés y su padre en japonés. “Juana logra comunicar muchas cosas en las tres lenguas, presenta un correcto desarrollo del lenguaje y es muy activa. Ha iniciado el jardín infantil hace seis meses y nos han comentado que es agresiva con sus compañeros, que les pega y los empuja, que saca la lengua constantemente y que ha llegado a tirar cosas en momentos del juego”.

Así describe Marie la situación de su hija en la escuela, agregando que ha notado algunos comportamientos similares en casa respecto al lanzar los objetos. Y esta empezando a dudar por un comentario de la abuela paterna (es educadora de primera infancia) que sea debido a las lenguas a las que esta expuesta.

Se habla mucho, incluso algunos afirman que los niños que crecen multilingües son más propensos a pegar en los primeros años.  Cada experiencia llevará  a afirmar o no esta frase. No hay estudio que compruebe A o B.  Aquí te hablaré desde mi experiencia como madre de tres niños trilingües, como maestra de español de herencia y con mis estudios recopilados trabajando con familias con niños bi/multilingües entre los 0 y los 10 años de edad. 

Primero quiero decirte que esta situación es común en los niños debido a su edad. Tanto en niños multiilingües, bilingües o monolingües se puede presentar. Ahora te explico a que se debe: Están frustrados al no poder comunicar lo que quieren decir. No tienen recursos o herramientas suficientes y la única acción rápida es la física. Es una situación común en niños que presentan un retraso en el desarrollo del lenguaje, a los que a lo mejor les están ofreciendo herramientas pero por otra condición no logran usarlas, también en niños donde simplemente no se les esta dando la oportunidad de hacer uso de otros recursos. Niños que son impulsivos o que les cuesta trabajo comprender limites y normas.

Así que el hecho de que Juanita de 2 años pegue y se lance los juguetes no tiene nada que ver con la exposición a tres lenguas sin embargo podría ser la causa si en su entorno hay falta de explicaciones y ofrecimiento de soluciones frente a su comportamiento (también se puede presentar esta falencia en un hogar monolingüe).

El niño necesita llenarse de herramientas, de lenguaje verbal y no verbal para responder a sus necesidades de comunicación, tal cual como le enseñamos a andar en bicicleta a un niño, le ofrecemos diferentes técnicas para mantener el equilibrio, le recomendamos varias cosas para el arranque y otras soluciones para el momentos de parar y poner con éxito los pies sobre el piso.  Igual necesitan los niños en la primera infancia para expresar su frustración, sus sentimientos o sus parecer frente a una situación. 

No esperes a que tu hijo tenga este tipo de reacciones para actuar. Te propongo lo siguiente para ayudarle a conocer otras maneras de demostrar sus intenciones y avanzar con el desarrollo de habilidades sociales:

Existe otra manera

 Para el cerebro de nuestro pequeño hijo esta es la única manera que conoce para expresar su indisposición. Debemos intentar enseñarle a manejar la frustración de otra manera. En le momento que ocurra ayudarlo a conocer sus emociones, nombrarlas en voz alta y entrar en sintonía con su emoción, demostrando comprensión.  En la lengua de la atención del momento, sin olvidar que la dinámica lingüística familiar se preste para  esta actividad en todas las lenguas a las que el niño esta expuesto.

Te recomiendo este articulo: Cinco formas de ayudar a nuestros hijos con el manejo de las emociones

 

Respiración

 El niño se esta abrumando fácilmente y para ello puedes ayudarle conociendo su respiración, hay varias técnicas como la del globo, la respiración en estrella o en forma de ocho.  Esto le ayudará a regresar a su punto neutro.

También eres tú

 Los dos puntos anteriores no tienen valor si no los aplicas tú frente a tu hijo. Cuando te encuentres una situación de enojo, de frustración o de alegría inmensa muéstrale como tú reaccionas (tu pareja, su entorno).  Si ve el cambio en ti, logrará aplicarlo en el. Basta hacer lo mismo reconocer tu emoción, nombrarla y decir que harás para convivir con ella, ojo no para eliminarla, solo para convivir con ella.  De esta forma escuchará tu vocabulario y tus frases cuando estas frustrado o enojado, le modelaras el lenguaje y el aprenderá de ahí. 

 

Ofrece contacto físico

 Acompañado las palabras busca el contacto visual, ponte a su altura. Busca sus manos, ofrecerle un abrazo, acariciar su cabeza o tirarse al piso con el para seguir reflexionando el tema. En la programación neurolintuistica se habla de buscar sintonía con la otra persona, para entrar en confianza y crear un ambiente de apertura.  

 

 

Más recursos y herramientas

Aquí va la solución. Ayudarlo a encontrar una manera de expresar la emoción de manera diferente. Puedes volver a el tema de la respiración o hacer un juego de roles (teatro) con varias soluciones a una situación común entre tu hijo y sus coetáneos. 

“Hijo/a la próxima vez podrías decirle a tu amigo:

  • Para
  • No lo hagas
  • No me gusta
  • Gracias, no quiero”

“Hijo/a la próxima vez que no te guste algo  en vez de tirarlo puedes:

  • Alejarlo de ti con calma
  • Buscar otro objeto para hacer cambio
  • Mirar a la persona y decir: “no lo quiero, gracias”
  • Si lo que quieres es atención puedes tocar el hombro de la persona y decirle: “quiero jugar contigo””
“Hijo/a la próxima vez que no sepas una palabra puedes:
  • Buscar el objeto
  • Señalar
  • Tomarte tu tiempo”
“Hijo/a recuerda que es mejor usar la palabra en la lengua que sea, eres libre de expresarte en otra lengua siempre con respeto hacia el otro”

Incluye el jardín infantil

Si has identificado que tu hijo tiene un mejor desarrollo lingüística en una lengua de familia, puedes realizar una pequeña infografía para los educadores con palabras y frases que usa tu hijo en momentos de frustración, enojo, asombro, etc. Pide ayuda, para que ellos ofrezcan este vocabulario en la lengua local o de escolarización. Esto funciona, cuando mi hijo menor entro al jardín infantil realizamos un listado de palabras para las educadoras del momento, así  lograron comprender lo que mi hijo quería decir y más adelante ellas empezaron a modelar el lenguaje que le hacia falta en las situaciones de conflicto.  

 

Ser conscientes

Supongo que ya comprendes el camino por que el que quiero llevarte, y es el de evitar el castigo y la amenaza para tratar de cambiar esa conducta. De esta forma lo que te propongo es identificar y llegar a ser consciente de que le esta faltando al pequeño y ofrecerlo de manera constante, la idea es que empieces a modelar al máximo el lenguaje en situaciones de ansiedad, frustración o demasiado excitación para el niño.  Cuando logras ser consciente de la manera en la que tú te expresas en la lengua meta le estarás ofreciendo al niño un input de calidad. 

Refuerza lo positivo

No olvides reforzar los comportamientos positivos del niño y prestar menos atención en la edad temprana a comportamientos negativos. Refuerza sus habilidades lingüísticas en otras situaciones sociales en las que le menor se siente cómodo y tranquilo, y desde esos momentos ofrece lo que has identificado que le hace falta.

 

Intenta desarrollar esta y otras habilidades sociales en todas las lenguas a las que el niño esta expuesto

Si tienes dudas en el proceso, no dudes en ponerte en contacto o leer los artículos anteriores.

Con cariño,

Laura

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