La crianza bi/multilingüe se hace más sencilla cuando tienes la oportunidad de seguir una guía, en este articulo que te demoras leyendo máximo 10 minutos te hablaré de las herramientas que hemos usado para convivir de una manera más asertiva con las emociones que un cambio de entorno lingüístico, escolar y cultural. Herramientas muy importantes que hemos tenido en cuenta para hacer el cambio más respetuoso y asertivo con los niños y con nosotros los adultos. 

Esta vez ha sido un cambio diferente, es cierto que el año pasado estuvimos viviendo 3 meses en Colombia.  El cambio aunque parece similar porque Colombia e Italia son los países de mamá y papá, no lo es.  Esta vez no viviremos cerca a familiares. Viajamos a Italia a una ciudad que no conocemos, donde no contamos con apoyo y tampoco tenemos amistades. Será todo nuevo, excepto la lengua y un poco la cultura, y será nuevo no solo para nuestros tres hijos sino también para nosotros como adultos.

“Mamá no quiero ir en Italia a la jardín infantil, me puedo quedar en casa”

Fue la primera frase de mi hija de cuatro años cuando tocamos hace dos meses el tema en familia. Seguido de lo mismo pero formulado en pregunta: Y ¿yo tengo que ir a el jardín?.  En ese momento recordé que la experiencia que ella tuvo en Colombia el año pasado no duro muchos días. Empezó con mucho ánimo pero prefirió abandonar poco a poco.  En esta ocasión esa no será una opción, los dos hijos menores deben asistir al jardín infantil mínimo dos meses.  Así que como madre me sentía “obligada” a lograr esa transición del pasado (memoria) y ofrecer una experiencia armoniosa. 

Esta situación nos ha dado la oportunidad de hablar de las emociones que se presentaron el año anterior y acompañarla en la aceptación de este nuevo cambio. Antes de… es lo que considero parte imprescindible del proceso.

La siguiente frase que recuerdo fue de mi hija mayor: “Me vas a tener que ayudar mucho con matemáticas”.

Creo que ya has intentado resolver una operación matemática en otra lengua y te ha costado trabajo, o tan solo decir tu número telefónico cuando estas aprendiendo una lengua extranjera. Desde ahí podía crear sintonía con mi hija en su preocupación. 

Lo que ha dado resultados positivos ha sido recordarle que los momentos de dificultad, es decir en los momentos que no comprenda un ejercicio, un comando o una tarea, no es debido a la lengua, lo más probable es que sea debido a que son nuevos métodos, nuevas herramientas o nuevos sistemas de aprendizaje los que se usan. Darles confianza en sus capacidades lingüísticas será el primer paso para que ellos se sientan seguros y satisfechos con su proceso.

Llegamos a destino y con ello llego el día y la mayor el primer día de aferró a mi mano y escondía su rostro detrás de mi brazo, se le aguaron los ojos.

Palabras de aliento y cambio de postura

 

Le di todo el tiempo palabras de aliento, nos hicimos a un lado y le ayude a cambiar su postura, si muy sencillo, le corregí con cariño su posición de la espalda, le mostré con mi cuerpo como podía estar más erguida, hombros hacia atrás, y mirada alta. Una técnica muy sencilla que se hace notar en estudios de la comunicación no verbal y la PNL que produce cambios de conducta en el ser humano.

Después me permitieron acercarme hasta que la “entregue” a la maestra y la maestra trajo una compañera para que la llevará de la mano. Esta es la segunda experiencia y las dos veces ha sido similar.  Y yo trate de ser fuerte, te digo trate por que por la noche sentí la necesidad de expresarle como me sentía, le comente acostadas sobre la cama del altillo en el que esta durmiendo que sentí temor, sentí preocupación e impaciencia en especial porque quería que fuera una buena experiencia para ella. Como tambien esta plena de alegría y satisfacción de ver que lo que nos habíamos propuesto como familia lo estábamos logrando. 

Dos cosas importantes que hemos puesto en práctica y hacen parte de una herramienta de la Disciplina Positiva y un tercer punto que nosotros como adultos hemos puesto en práctica.

Anticipar

•Desde Berlín venimos hablando de este momento, de lo que puede pasar, de lo que se puede sentir, de lo que le pueden preguntar, etc. Esto nos ha permitido lograr el cambio de forma gradual y no inmediata.

•Días antes fuimos en familia a ver donde quedaba el colegio y le dimos la vuelta por fuera. Sumado a eso el día que iniciaba, porque no pudimos un día antes, llegamos 15 minutos más temprano, así conocimos en familia los baños, el salón, los profesores, la aseadora, etc.  

Otra cosa importante ha sido normalizar la situación de cambiar casa por un período de tiempo, y les hemos contado de experiencias similares de otras familias o incluso de una de las mejores amigas de nuestra hija mayor que va frecuentemente a Estados Unidos dos meses al año y aunque no se escolariza allá, la situación de dejar a sus amigos por tiempo es similar.

Ahí va el tercer punto. Recordarles que no es una despedida para siempre. Para muchos, y entre más mayores, el mayor temor es separarse de sus amigos por la sensación de perderlos. 

Con los pequeños les hemos recordado que en el verano, volvemos a nuestra casa en Berlín. A la mayor si le podemos hablar de tiempo y sabe que en menos de 4 meses estaremos de vuelta. 

Lo último que me gustaría recordarte es que cada vez que ellos o tú tienen emociones fuertes frente a una situación, míralo como oportunidad, no como obstáculo.  Son el momento perfecto para desarrollar habilidades para la vida, para construir bases sólidas en su percepción del mundo y en general para la preparación a los años posteriores.

Te abrazo desde las emociones revolcadas de una mamá tratando de comprender el país de su pareja y al mismo tiempo manteniendo a flote (solo a flote, no nadando) a mis tres hijos.

Con cariño,

Laura

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