Mamá expatriada, esta bien decir no puedo!

¿Y a que te dedicas?

Todo el mundo sabe ese chiste verdad? – Entonces, ¿qué hay detrás?

La vida en el exterior me ha permitido ponerme en contacto con más frecuencia con personas que sienten la presión de tener éxito en su carrera, estudios o planificación familiar. Y en los últimos meses aún más contacto he hecho con madres que al igual que yo expatriadas, andan buscando “que hacer”, como empezar, como a contentar a la sociedad.  A veces se sienten de esa manera porque es para “retribuir” los esfuerzos de su familia o, por otro lado, su familia les hace sentir la presión. De cualquier manera, es algo en lo que pensé mucho. Empece a escribir este artículo antes de mi viaje a Colombia,  es decir hace seis meses, lo termine hace dos meses y decido publicarlo ahora. 

Cuando llegue a Alemania era una recién egresada, así que cuando alguien me hablaba desde el otro lado del oceano, me preguntaba “¿ya tienes trabajo?”, y desde ahí, empece a sentir mucha presión.  Me pregunto si así se sienten las personas a las que su tía les pregunta de forma inoportuna, en la reunión familiar por el novio, la boda y los bebés. !Qué horror! Tengo novio, boda y bebes, pero yo tengo trabajo, ni casa, ni carro. Seguro que es ese el mismo sentimiento, porque en cualquiera de los casos, si la pregunta nos incomoda y la respuesta es “Aún no”,  hay un aumento de presión paranoica en nuestra cabeza, sobre los roles que deberíamos cumplir en la sociedad. Y la presión no nos permite tomar decisiones de forma natural y reflexiva. La presión es buena en ciertas dosis; pero contraproducente, si no sabemos ignorarla o focalizarla. 

Si antes había presión por tener buenas notas, ser el mejor en un deporte, tener muchos amigos, ser invitado a todas las fiestas o tocar el piano. Ahora que todos crecimos, lidiando con las luchas de un adulto de alrededor de 26 y no más de 35 años (más o menos), no parece haber cambiado mucho. Bueno por estos lados un poco. Al vivir en Alemania, no sentía que ninguna de las personas que había conocido aquí (alemanes),  tuviera la necesidad de triunfar debido a su familia. Hacen lo suyo, para ellos y para nadie más. En cambio en Colombia, el estilo de vida podría ser así, pero vivimos un poco más pensando en la apariencia, del ser por otros seres y no por nuestro ser. En las familias colombianas, hay una sensación de ‘no decepcionar a la familia’ como una característica de una cultura, de una sociedad donde uno solo puede hablar por cien. “Dime con quien andas y te diré quien eres”, pues no. Para empezar, de alguna manera nosotros, los colombianos promedio, nacidos en familias echadas para delante, sentimos que nuestras familias se han sacrificado tanto, que nuestros padres han trabajado tan duro, por lo que no podemos defraudarlos. Mi papá y mi mamá son seguramente los mejores padres que alguien podría desear. Y no es culpa de ellos si hoy no soy médico, ni emprendedor o gerente de una compañía multinacional, no es culpa de ellos si no tengo un doctorado o no poseo ni un bien raíz. No, no es para juzgar. Y muchos menos para juzgarlos a ellos. Pues tampoco es correcto que en 20 años me juzguen a mi por ellas. 

Según yo, podríamos hacer en esta vida lo que sea, podría ser un empleado de oficina de 8 am a 5 pm (de los calienta sillas), podría ser un conductor de camión (me pido toda la linea costera) o  un cajero (no de banco), podría ser sicóloga o tal vez stripper. Nooo … no stripper. La conclusión es que comprendí en estos cinco años en el exterior y en estos cinco años de maternidad (porque solo a mi se me ocurre hacer las dos cosas al tiempo) que la mayoría de los trabajos, siempre y cuando se intenten hacer lo mejor posible, valen la pena. También el de mamá. Siempre que se esté contento con uno mismo, vale la pena. Siempre que nos de satisfacción, vale la pena. Eso es todo lo que siempre me repito. Porque debería encontrar la felicidad para mí, no para alguien, no con nadie, no con un montón de dinero, no con un puesto de alto rango, no con una familia numerosa, no con la tendencia. Debería poder mirarme y decir: hice lo mejor que pude, hago lo mejor que puedo, y vivo como quiero.  Y al final del viaje poder decir viví e hice todo lo que podía hacer para llegar a donde estoy ahora. Me siento a gusto y feliz con lo que estoy haciendo, con quién estoy pasando la vida, me siento feliz en como estoy invirtiendo mi tiempo. Me siento bien intentando una cosa, reinventadome otra y probando una más. Y aunque sea juzgado. Porque siempre será juzgado, más aún cuando estas rodeada de tres culturas distintas, aunque la gente comente, aunque los familiares esperen más, y los vecinos no lo comprendan. 

Aunque en el fondo, tal vez para mi, esto tampoco sea suficiente. Pues no dejo de recordar como mis padres no se dieron por vencidos, y sacrificaron sus propios sueños, para que mis hermanas y yo pudiéramos perseguir los nuestros. Dejaron atrás sus propios deseos y trabajaron duro, para que pudiéramos tener una vida mejor. Cumplieron cada meta de una familia promedio colombiana, compraron casa en la ciudad, finca, carros y nos pagaron el estudio sin deudas. Y si también desayunábamos juntos, compartíamos tardes de película y sonreíamos como familia. Es esto lo que yo tengo que hacer por las mías?? Tengo que trabajar duro es decir ganar dinero para comprar un carro, pagar un casa, no endeudarme con el colegio, y no pedir credito para la universidad de ellas? Tengo que levantarme a las cinco de la mañana, iniciar a trabajar a las siete, almorzar en la oficina, hacer filas de banco, esperar dos horas un médico, aguantar al jefe, y regresar a casa a las siete de la noche?  Es esto lo que nosotros mismo nos imponemos. Pues nosotros somos la misma presión social. 

Ya es suficiente que cada uno tenga que batallar con sus miedos. Por que hay que sentir esa presión directa. Por que hay que tener un novio “decente” (otro termino que de le significado usted mismo),  por que hay que casarse??. Y si no, por que tengo que tener un título sólido y obtener un buen trabajo después de graduarme. O en otro escenario, por que hay que hacerse cargo del negocio familiar. Por que hay que dar ejemplo a los hermanos menores, y  es que no soy ejemplo si no “trabajo”??.

Nunca mi mamá o mi papá me han pedido que demuestre con un trabajo lo aprendido en mi carrera. No de forma tan directa, pero ellos igual que la sociedad, dan una mirada, dejan salir un comentario, imponen una sugerencia y pretenden tener derecho sobre mi decisión.  Entiendo la idea detrás de esto, cada padre quiere lo mejor para su hijo, innegable. Y darles estas opciones y la presión de cumplir ciertos roles (en la sociedad o la cultura) parece guiarlos. Pero, ¿y si no estamos contentos con las opciones que nos dan?

Todo lo que soy y hago ahora fue mi elección correcta para mí. En el momento, más adelante se verá. Porque esta bien sentirse cansada de la sociedad. Por que esta bien sentir que quieres hacer algo distinto con tu vida después de la maternidad, porque esta bien cambiar de opinión. Y esta bien ser consciente que estas en el exterior con familia y porque esta bien decir no puedo. 

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