Infancia en Colombia y juventud en Alemania

Angelica Villarreal Charris

Con todo el gusto les presento esta semana a Angelica, una compatriota, de Barranquilla, en el Caribe colombiano. Vive en Alemania desde hace diecinueve años, de los cuales pasó año y medio en un país vecino, Bélgica. Su experiencia de vida y las decisiones que ha tomado a lo largo de los años le permitieron amar el vivir en un ambiente multicultural y más adelante arriesgarse por una carrera que exigiera trabajar en un ámbito internacional.

En sus palabras:

“Aprender idiomas era lo que más me divertía en mi adolescencia y juventud”.

Su meta fue estudiar en el extranjero, no quería perder todo el conocimiento del idioma que había adquirido desde pequeña, encontraba fascinante la idea de estar expuesta a otros idiomas, tener el gusto de escuchar otras lenguas. Durante su vida laboral se esmeró por trabajar en instituciones donde el personal fuera en su mayoría internacional, para seguir por la misma línea.

Ahora está casada con un alemán y tienen dos niños, de seis y dos años y medio nacidos en Berlín. En casa hablan alemán y español, pero como muchos padres han sentido la necesidad de tener un idioma secreto con sus pareja, y ellos usan el idioma inglés como parte de la comunicación entre padre y madre, cuando quieren que los niños no entiendan lo que necesitan comunicar en ciertos momentos.

Angelica afirma:

“Mi esposo y yo siempre tuvimos claro que los niños crecerían siendo bilingües. Sabemos que el bilingüismo es de los mejores regalos que les podemos dar. No solo porque ser bilingüe abre la mente, les hace ver el mundo de manera diferente, a desarrollar mejores relaciones interpersonales y sentirse más cómodos entre culturas diferentes y obviamente es un plus en el ámbito cognitivo y al momento de aprender otros idiomas extranjeros.”

Por otro lado nos cuenta como ve en el bilingüismo una herramienta para acercar a sus hijos a sus raíces, a su familia; como pareja ven necesario que los niños aprendan bien el español y lo valoren como lengua, ya que es la herramienta más importante para comunicarse con la familia materna, es la fuente para estrechar los lazos familiares y culturales. Por eso se esfuerzan cada año por visitar las tierras del caribe colombiano, brindándole a los pequeños la oportunidad de crecer conociendo las tradiciones más importantes de Colombia y Barranquilla, admiran juntos el Carnaval de esta hermosa ciudad, como colombiana orgullosa de su cultura, su idioma y su acento costeño, les quiere transmitir a sus hijos todo lo que esté a su alcance.

Decidieron usar como método el OPOL (one parent one language) de esta manera el padre solo se comunica con los niños en alemán y Angelica lo hace solo en español, aunque los dos conocen y manejan fluidamente el idioma del otro, han decidido repartirse los roles estrictamente. Otras de las decisiones importantes que tomaron fue buscar un jardín infantil bilingüe, para brindar a los niños una atmósfera similar a la que se vive a diario en casa.

“El método un padre una lengua ha sido una regla sagrada”.

Muchos padres en el extranjero nos damos cuenta que el camino de la crianza bilingüe nos es tan sencillo cuando llega el segundo hijo, a veces nos estrellamos contra la pared, y con experiencias, emociones y caídas nos damos cuenta que lo que nos funcionó con el primer hijo, no funciona con el segundo; es así como lo ha vivido Angelica con su familia, las situaciones han cambiado y las experiencias a las que han sido expuestas los hermanos son diferentes. El hijo mayor ha tenido la suerte de ir a Colombia muchas veces, lo cual lamentablemente no ha podido disfrutar el hijo menor.

Pensando un poco, Angelica reflexiona sobre el idioma entre hermanos, y ha logrado identificar que ellos se comunican mayoritariamente en alemán. Aunque esta no es su mayor preocupación, lo que últimamente le preocupa es que el pequeño no ha tenido la oportunidad de estar en contacto con el entorno español como su hermano, pues suelen viajar a Colombia y permanecen largos periodos de tiempo, y en la situación que se vive hoy en día viajar a Colombia será una larga espera, los inmensos cambios que ha traído la pandemia del 2020, inicia a dejar sus huellas en esta familia que cría bilingüe español-alemán desde Alemania. Otro gran incógnita que está siempre presente es ¿cómo hacer para que los niños no pierdan el contacto diario con el español a partir del momento en el que entran al colegio (no bilingüe)?, pues dejarán de asistir a la guardería bilingüe, y además como pareja son conscientes que poco a poco los niños crecen y su contacto directo inicia a ser sus amigos y en menor cantidad mamá y papá.

A pesar de que Angelica es egresada del Colegio Alemán de Barranquilla, y por tanto a crecido en un entorno bilingüe y en medio de dos culturas, recibiendo la segunda cultura en mayor parte por el sistema escolar, en el mes de Agosto de este año 2020, uno de sus hijos entró al colegio alemán y no bilingüe, los planes para la educación bilingüe serán a cargo de los padres desde casa, un cambio grande viene para esta familia colombo-alemana, pero creen firmemente que para vivir la multiculturalidad y la diversidad no es necesario asistir a un colegio bilingüe, se puede desde casa.

A continuación les comparto una de las preguntas que le realizamos a Angélica.

L: ¿Es para ti el español el idioma de tus sentimientos? ¿Y el alemán, como lo calificas?

A: Qué buena está pregunta. Me puso a reflexionar. Diría que el español es el idioma mayoritario de mis sentimientos. Estuvo bastante empolvado al venir a Alemania a estudiar. Desde que llegué hasta que me convertí en mamá, hablaba alemán un 70% del tiempo y en alemán conocí, me enamoré y me casé. Durante ese tiempo era más fácil para mi decir “ich liebe dich” que “te amo” o “te quiero”. No estaba acostumbrada a decirlo en español. Pero al convertirme en mamá hubo un gran cambio y empecé a expresarme de nuevo en español por mis hijos.

En realidad creo que me siento cómoda expresándome en ambos idiomas. Creo que depende de la situación. Obviamente me parece más sabroso hacer amistades y bromas en español por ser un idioma tan rico y espontáneo al hablar. Si, el español es parte de mi esencia y mi esencia sigue siendo muy latina aunque en Colombia ya me dicen que me volví muy alemana. Por otro lado, aunque lo uso menos, también me siento muy cómoda comunicándome en inglés. De hecho amo y me divierte mucho escribir en inglés y expresar lo que siento en ese idioma también, porque lo siento menos acartonado que el alemán, a pesar de que este último sea tan preciso. Por eso escribo mis experiencias y anécdotas desde que soy mamá en inglés en un blog que se llama Mutti Angie - Stories of an expat mom.

Por último, Angelica nos deja los siguientes consejos:

Un saludo y un fuerte abrazo de

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