Los 6 en 4

Nuestros primeros seis meses en cuatro. En estos seis meses me esperaba noches de insomnio, cansancio, animo por el piso, paciencia en caída libre, aquello que más me atemorizaba, y al contrario nunca fue así. Me ayudo muchísimo no escuchar a nadie, hacer todo a mi modo fue la mejor medicina, seguí mi instinto. Imponiendo mi idea de “la mamá soy yo, las he llevado en la panza yo, las parí yo, las hormonas las tengo yo, entonces aquello que es justo lo se solo yo”. Punto.

Pensé que habría sido complicado. Dos niñas, mil proyectos, nada de ayuda, nada de compañía y una sola habitación. Pier me repetía de pedir ayuda a alguien y yo que insistía en que no (que esta superhéroe podía con todo), al escritorio se le empolvo la maquina de cocer, se guardaron los documentos ahora solo ropa y juegos y de alguna manera continuo a mirarla y me genera un suspiro. El mercado lo continuo hacer yo porque no logro seguir otro consejo de Pier de hacer la compra online, y tampoco logro tener el coraje de inscribir a Aurora a la lista de espera para la guardería, para eso coraje no hay. Un par de veces me he sacado leche, pero el tetero me da terror, ahí sigue el par de bolsitas ya congeladas, por que tetero significa hija lejana e hija lejana significa menos amamantar, y no amamantar significa trauma, y por tanto por ahora dejemos así, que viva pegada que aquí se le da open bar de lujo. Pues Aurora con seis meses se despierta todavía unas 800 veces en las noches a sentir cerca la teta, y por tanto su cuna es ahora el sitio donde se acumulan los vestidos para doblar, los juguetes para acomodar, los libros para leer, etc, pues ella se ha convertido oficialmente en la dueña de nuestra cama, una dueña que le gusta dormir con brazos extendidos, o en horizontal, por tanto Pier y yo nos encontramos a dormir a los extremos, como en nuestra vida de estudiantes cuando disponíamos tan solo de una cama sencilla, solo que en ese entonces nos mirábamos a los ojos, sentíamos la respiración del otro, ahora esta cada uno a un extremo pero mirando el vacío, y ella como se debe, no?. Los días transcurren tranquilos, Aurora ya responde a los juegos de Lucía y así es como se atacan a risas, la una se ríe de la otra y así también sonríe mamá, nos hemos delegado tareas, Pier y yo vamos turnándonos las niñas, y así hemos encontrado nuestro ritmo.

Cuando estaba en embarazo las preguntas que pasaban por mi mente eran muchas. Entre ellas juro que nunca fue “por que lo estoy haciendo otra vez”, de pronto, no seguramente porque tengo un gran defecto, y es que nunca tengo miedo. Sin embargo me revolcaban algunas preocupaciones, seria capaz de nivelar las necesidades de las dos, mi corazón lograría ser la mamá de dos chicas, estaré en grado de amarlas igualmente, me preguntaba si sería capaz de no hacer diferencias, de ser lógica y equilibrada. La vida demostró una vez más que esta llena de magia, y así fue cuando bastaron los primeros minutos de tener a Aurora en brazos para confirmar que todo encaja a la perfección como cuando el Tetris se resuelve solo en el Gameboy.  Reconfirmado estuvo cuando las vi por primera vez juntas, cuando Lucía cruzo aquella puerta de la habitación 2 en el octavo piso, y miro Aurora, le toco su mano, fue como si ella siempre hubiese existido entre nosotros, como si aquella historia que se estaba iniciando a escribir, ya hubiese estado escrita miles y miles de años atrás, ya hubiese estado corregida, para que hoy fuese perfecta. Y hoy no me interesa nada más que ellas, que nosotros, que nuestra vida en familia, y aunque en fechas especiales al amanecer no me tome un aguardiente, no le haga fondo blanco a un tequila o no me disfrute un negroni, ahora muy a las seis de la mañana, cuando veo el despertar de Aurora, bajar a Lucía sonriendo, el abrazo más sincero y las sonrisas más contagiosas, yo me digo que el aguardiente, el tequila y el negroni que faltan están siendo muy bien pagados.

Hemos estado ya muchísimas veces en un restaurante (seguro dos veces a la semana, no hay queja), hemos estado en galerías de arte, en museos enormes, hemos viajado en tren, en bus, hemos hecho tours en bicicleta en cuatro, lográndolo con grandes resultados, hemos ya guardado y sacado una infinidad de ropa para ellas, y se baja a la bodega al menos una vez por semana, ya tenemos tiempo Pier y yo para leer, para escribir, tenemos tiempo para cocinar juntos (como aquella ensalada con higos, espinacas y queso de cabra con miel de esta noche), tenemos tiempo para “perder”. Hemos sobrevivido!!, pero no, al parecer no haremos otro de inmediato. Perooo, después si, si que haremos otro más allá, por que nos gusta mucho, nos gusta tantísimo. Por ahora hemos subido el primer escalón, y estamos listos para los 83947528 que nos quedan. Que será lo que nos espera? Que viene en los siguientes seis meses como familia de cuatro? No tenemos ni idea pero estamos ya listos para escalar.

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