Irse de viaje con la mochila implica empacar y desempacar varias veces en una semana, con niños seguro muchas veces en un mismo día, cosa que puede volverse un poco tediosa, después de organizar dos mochilas, una niña de tres anos, un marido de 29, el desayuno, y pago del hostal, logramos salir hacia el puerto de Pandang Bai, donde ya se veía de lejos una maratón de viajeros esperando barco para salir a las Islas Gili.
Concretamente llegamos a Trawangan, la isla conocida como la más fiestera, tiene bares alrededor de toda la costa, donde se mezcla la música de uno con el otro y en la noche, se “disfruta” de un intenso ambiente nocturno, aquí los isleños y no isleños te venden lo que sea desde ropa, pulseras, alojamiento, transporte hasta marihuana, hongos y jugos mágicos.
Como nuestro plan no era la rumba, a la llegada y después de regatear hostal, alquilamos un par de bicicletas para darle la vuelta la isla, la mejor opción debido a en las tres islas Gili no hay uso de vehículos motorizados, sólo se puede uno mover en bicicleta o coche de caballos. Dando la vuelta a la isla encontramos un lugar estupendo para disfrutar del atardecer, música a volumen decente y ninguna marea de turistas 5 estrellas, solo chill out. Las playas de Trawangan están muy bien tienen arena blanca y aguas de color turquesa, pero también Ojo! el suelo esta lleno de coral puntiagudo que si no cuentas con zapatos te destroza los pies. Para nosotros de lujo Lucia paso horas enteras seleccionando corales y dividiéndolos por tamaño y color.
Al día siguiente de nuevo.. se parte! Llegando al puerto no sabíamos todavía cual de las dos restantes islas escoger, sin embargo teníamos claro que visitaríamos las dos, así que decidimos irnos a descansar a Gili Meno, la mas desierta de las tres Gili. Solo de lejos se le nota su aire de frescura y tranquilidad a la llegada no te ofrecen nada así que arrancamos a caminar en busca de hostal, y así llegamos a un pequeño lugar con encanto. Aunque nos detuvimos solo una noche en el ecohostel, para Lucia fue un sueño hecho realidad, viviría por un día en una casa de “palos” en medio de la “selva”. Los siguientes días alquilamos un bungalow en frente a la playa, el cual hizo que no nos moviéramos de ahí y al final pasáramos cuatro días en vez de dos en Gili Meno y al olvido Gili Air (la ultima de las Islas Gili). Simplemente estábamos en el auténtico paraíso!
Gili Meno la recorrimos andando pues es una isla bien pequeña y a paso de niño en una hora y media le das la vuelta, y que lástima que ya no nos sorprenda pero encontramos de nuevo basura mucha basura, típico de toda Indonesia.
Hijo de tigre sale pintado y así es tanto Pier como Lucia le tienen al mar mucho respeto y eso de meterse en las profundidades o con el oleaje muy alto no les hace demasiada gracia, cada vez que lograba convencerlos de adentrarnos mas los tenía agarrados a mi como terneros.
3 comentarios
Que locura poderlos seguir por este medio!
Bella! Gracias te mantendremos al tanto.
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