La familia Melón y la familia Fettuccini creciendo niños por el mundo

Los dejo con al presentación de una mujer y mamá que va formando un hogar por el mundo. Ella va de aquí para allá con sus hijos, con tal naturalidad y optimismo que ha generado en mi total admiración.

"Hola!! Soy Cheila, portuguesa de nacimiento y ciudadana del mundo, junto a mi compañero de batalla formamos una familia de cinco. Nuestro hijo mayor Alex (7 años) nació en Suiza, la media en Holanda y la pequeña en Canadá."

En la casa de esta numerosa familia el idioma principal es el español, tanto para Cheila como para su compañero, el español, es el idioma dominante. Sin embargo sus hijos han aprendido alemán y algo de holandés. Pero, ahora mismo, después de un tiempo sólo hablan español e inglés.

Su hijo mayor, Álex, vivió sus primero años en Suiza, de ahí se hicieron paso a Holanda. Donde nació Martina, y donde estuvieron expuestos al holandés, por un corto periodo de tiempo. Con demasiado entusiasmo vivió Cheila su tercer embarazo, justo el momento que conocí a "la familia melón", como se suelen llamar en público, fue cuando estaban viviendo en Canadá, pasando fríos de menos 20 grados. En este país se conformaron como familia de cinco dando paso a la más pequeña de la familia.

Canadá les puso retos. Álex olvidó el alemán, aunque dominaba mucho vocabulario, lo olvidó todo cuando se mudaron a Canadá y empezó con el inglés. Siento a Cheila muy cerca cuando en sus palabras admite que:

"es cierto que nosotros no hicimos nada por mantenerlo en su momento."


Cosa que hasta el día de hoy a ella no la tormenta, considera que la experiencia que su hijo tuvo con el idioma y la cultura, le permitirá aprenderlo con más facilidad en un futuro. Y se pone muy contenta de saber que haber aprendido vocabulario en alemán cuando era pequeño le ayudó mucho con el inglés.

En estos momentos se encuentran viviendo en Grecia. Yo tan solo escuchar las palabras de Cheila, quedo anonadada de la facilidad con la que lo expresa todo, para ella cambiar país, hacer maletas y mudarse, admirar culturas y aprender idiomas es lo cotidiano. Llevan 10 meses disfrutando de este país en el mediterráneo y se sienten orgullosos de ser capaces de ir a un bar y pedir lo deseado para comer en griego.
"!Toda una aventura!. Los niños disfrutan mucho de poder aprender palabras en otro idioma y lograr expresarse ", admite.

"Lo primero que me vino a la mente cuando me di cuenta que estamos creando una familia viajera y bilingüe, fue alegría, alegría por ellos, porque aunque sea un reto aprender otros idiomas y vivir cambiando constantemente de cultura, creo que hay pocas cosas más que enriquecedoras que eso."

Y como en todo este viaje de la vida y en especial en el de la maternidad, llegan las opiniones, algunas veces críticas, y no precisamente constructivas. Cheila ha recibido muchas, muchísimas confiesa, dice que tantas ha recibido que hay para todos los gustos.

"Desde los que nos aplauden diciendo que, qué valientes por vivir en tantos sitios, cambiar de país con niños y exponerles a tanta cultura distinta. Hasta los que opinan que les estamos creando un trauma a los niños por no tener un lugar fijo al que llamarle hogar y no pensar en su estabilidad."

Recuerdo mucho mi situación el primer año en Alemania cuando me sudaban las manos al intentar hablar alemán, a la hora de afrontarme al idioma. Como Cheila, siempre pensaba que no me entenderían o que mi pronunciación no sería la correcta y que probablemente me entenderían otra cosa. El tiempo y la practica cambio esa perspectiva y el miedo se fue esfumando.

La mamá de la familia Melón asegura que, durante las primeras semanas siempre que iba a alguna cita se preparaba el discurso en frente del espejo e iba hecha un manojo de nervios, por suerte la gente suele entender que te estás enfrentando a un nuevo reto, un nuevo idioma y suelen ayudarte mucho si ven que te quedas bloqueada.

Sin embargo también admite haberse sentido agobiada en algún momento puntual al llegar a un nuevo país y ver que sus hijos no dominaban el idioma. Notaba que ellos se sentían inseguros, de nuevo esta madre valiente podía respirar profundo cuando al pasar un par de semanas los pequeños ya estaban adaptados y sonreían con ella con gran satisfacción.

Conversando con Cheila entre emails, llamadas y mensajes audio, me lance a preguntarle, ¿Crees que tus hijos en algún momento podrían olvidar uno de los idiomas que ya dominan? ¿O ya han olvidado alguno? y aquí su respuesta:

"Martina está "olvidando" el inglés, con esto de mudarnos a España y posteriormente a Grecia, ha hecho que no lo hable a diario. Así que como no queremos que eso pase, queremos que siga con el inglés. Hemos contratado una au pair de UK y está viviendo con nosotros para reforzar el idioma."

El objetivo de la familia es que los niños siguen dominando dos idiomas el español e el inglés, y que poco a poco se sientan cómodos con el portugués (lengua de herencia materna).

Al inicio de su estadia en Grecia habían decidido no exponerlos al griego.
Debido a que estarán por un corto periodo de tiempo y es un idioma que les será muy difícil mantener una vez dejen Grecia, ningún padre lo domina y tal vez no será sencillo encontrar una persona que hable griego en el futuro país. Porque si es cierto, ¡ya están pensando en trasladarse de nuevo!. Sin embargo la situación cambio, y por naturaleza los niños empezaron a estar más y más expuesto a la lengua local, el griego. Hasta el día de hoy comparten con una nani que solo habla griego y reciben la visita de un par de amigos con los que también se comunican en griego.

En cuanto al sistema escolar, Cheila nos habla primero del sistema canadiense. No tiene queja alguna del sistema en Canadá, desde un principio comprendieron la situación y fueron empáticos frente a las emociones de los pequeños, teniendo siempre presente que el inglés no es su idioma materno. Nos cuenta que recibieron mucho apoyo por parte del colegio/guardería con el objetivo que los niños consiguieran ser bilingües activos en inglés.

Sin embargo frente al sistema español, lastimosamente no pueden decir lo mismo. Sus hijos han asistido por unos meses el año pasado, y la comprensión de la situación familiar fue notablemente menor. Estamos de acuerdo en afirmar que es un sistema escolar que no esta preparado para apoyar los cambios continuos de este estilo de vida familiar, sin embargo ella resalta que los profesores tuvieron constantemente la mejor intención.

Por supuesto esta encantadora mamá no se va sin compartirnos sus consejos para las familias que viven situaciones similares o para familias que se quieren lanzar al ruedo e intentar cambiar país con hijos.

"Las mamás nos agobiamos mucho con los cambios en relación a los niños, sentimos miedo por su adaptación pero os diré desde mi experiencia que los niños con la ayuda adecuada siempre se acaban adaptando y viviendo una experiencia única en su nueva cultura, así que ánimo a todas las mamás a no tener miedo y afrontar ese nuevo reto cómo algo maravilloso."

Con cariño,

Pueden seguir la aventura de la Familia Melón en @familiamelon por instagram o su canal familiar de youtube

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